La palabra «secta» puede resultar muy confusa. Esta confusión es válida porque
esta palabra tiende a utilizarse en exceso, sobre todo en la cultura
estadounidense. Por ejemplo, si empezamos a decir que todo grupo religioso
que es un poco diferente de la norma es una secta, ¿de qué estamos
hablando? ¿Dónde está la distinción entre una secta real y un grupo que es sólo
un poco diferente?
Sólo utilizar la palabra secta cuando se ajusta a su real definición nos ayuda a
entender cuándo un grupo no es ortodoxo (ortodoxo en el sentido de que no se
ajusta a los principios básicos de lo que los cristianos han creído
tradicionalmente). La palabra «secta» nos dice que esta cosmovisión particular
no es tradicional (o no ortodoxa) y que debemos esperar una interpretación
bíblica que puede no ser la que los cristianos ortodoxos creen que se encuentra
en las Escrituras. También podemos esperar que estas creencias no ortodoxas
sean defendidas con vehemencia por quienes las sostienen.
«A medida que envejezco y estudio más las cosmovisiones y las religiones a nivel mundial, empiezo a alejarme del uso de la palabra secta. He empezado a alejarme del uso de etiquetas en general hasta que entiendo completamente de qué es de lo que estoy hablando. Porque he empezado a comprender que cuando atribuimos palabras a organizaciones o personas, éstas empiezan a apropiárselas, o simplemente se crea una barrera que no existía en un principio.» - Lindsey Medenwaldt, Mama Bear Apologetics.
Cuando se utiliza la palabra «secta» pueden surgir emociones fuertes, así que queremos asegurarnos de que cuando utilizamos este lenguaje estamos creando un puente en lugar de quemarlo. Por ejemplo, no queremos que las personas que han caído en una secta salgan de una conversación creyéndose cognitivamente inferiores. Si utilizamos una palabra que les haga sentirse así, podemos estar imponiendo la creencia errónea de que su adhesión a una secta les convierte en personas menos inteligentes o capaces. Esto sería falso y causaría más daño.
Otro ejemplo sería si un misionero viene a tu puerta y le dices: «Oye, ¿sabías que estás en una secta? Debes salir de ella». Esa no es la mejor táctica, incluso si su grupo se ajusta a la definición de secta, porque cuando las personas están realmente en una secta, a menudo no son conscientes de que lo están. Utilizar la palabra «secta» en ese contexto probablemente creará una división perjudicial, no un puente útil.
Definiendo secta.
Entonces, ¿cuál es la definición de secta? ¿y está todo el mundo de acuerdo con la definición? La respuesta es «no», no todo el mundo está totalmente de acuerdo. La mayoría de las personas que tienen una definición práctica de secta tienen matices diferentes, y eso complica las cosas cuando intentamos definir los nuevos movimientos religiosos y las diversas cosmovisiones.
Sin embargo, aunque no tengamos una definición unificada de secta, todos podemos mirar a ciertos grupos e identificar que hay un problema presente. Cuando observamos grupos y movimientos que han surgido del cristianismo, podemos ver dónde se han enturbiado las aguas cambiando las escrituras. Y eso es algo que es una gran señal de alerta, llamada herejía.
En esencia, la herejía es la primera cara de la moneda cuando se trata de definir una secta.
Nota: Es importante hacer una pausa aquí y recordar que a veces los pastores (o cualquier persona) pueden inocentemente aplicar una escritura mal o hablar mal accidentalmente. Si este es el caso, eso no les convierte en líderes de una secta. Si algo como esto sucede, debe haber una puerta abierta para hablar con el individuo y traer el asunto a su atención para su consideración. Esto les permite comprobar su error y corregirlo, a la vez que aprenden algo que no sabían. Esta respuesta significa que no son sectarios, como tampoco lo es su organización o denominación en su conjunto.
La segunda cara de la moneda es un componente religioso abusivo, en el que las escrituras se sacan intencionadamente de contexto para controlar o manipular a alguien y explotarlo en beneficio del liderazgo y/o del beneficio aparente de la organización en su conjunto. Por supuesto, explotar a las personas nunca ayuda realmente a la organización, pero desde una perspectiva externa suele parecer que está prosperando, creciendo y que supuestamente salen de ella muchas cosas buenas. Pero dentro de esa infraestructura, la gente está siendo «atropellada», emocional, espiritual, financieramente, etc.
«En las sectas, hay alguien dando pasos estratégicamente calculados para causar daño». - Naomi Wright
Por lo tanto, aunque no existe una definición clara en la que todo el mundo pueda estar de acuerdo, aquí en beEmboldened, identificamos una secta basándonos en el Modelo BITE (ver más abajo), con la adición de giros teológicos y doctrinales.
Explicación de la influencia indebida y la explotación
En su libro Combating Cult Mind Control, (Combatir el control mental de las sectas) el Dr. Steve Hassan creó un modelo con cuatro categorías que constituyen una secta, llamado Modelo BITE (BITE, por sus siglas en inglés). Reconoce que el miedo se utiliza en cada una de estas categorías como la emoción principal para el control, que juega con el exceso de influencia en la vida de alguien, de tal manera que sus decisiones ya no son verdaderamente suyas.
Control del comportamiento: Dictar con quién vive el miembro, con quién se relaciona, su peinado, su estilo de vida, el miembro requiere permiso para tomar una decisión importante, etc.
Control de la información: No se les permite tener acceso a ningún medio de comunicación, se les anima a espiar a otros miembros (y se les recompensa si denuncian cosas), el control es tan excesivo que sólo oyen lo que tú quieres que oigan.
Control del pensamiento: Inculcar el pensamiento «nosotros contra ellos», donde cualquiera fuera del grupo se considera inferior, peligroso o malo.
Control de las emociones: Enseñar técnicas para detener las emociones, de modo que se bloqueen los sentimientos de añoranza, ira o duda, fomentando sentimientos de culpa o indignidad y vergüenza.
James Sire, autor y apologista cristiano, también ha proporcionado estos criterios útiles a la hora de identificar una secta:
Oponerse al pensamiento crítico: Esencialmente, a los miembros del grupo se les dice lo que tienen que creer y no se les permite pensar críticamente sobre ello. (Control del pensamiento)
Aislar a los miembros o penalizarlos si se van. (Control del comportamiento)
Doctrina especial fuera de la Biblia: No es solo que hayan manipulado la escritura, sino que afirman tener información adicional que es considerada como la Biblia o como mejor que la Biblia. (Giros teológicos / doctrinales)
Lealtad inapropiada a los líderes. (Control del comportamiento, del pensamiento y de las emociones)
Deshonrar la unidad familiar en favor del grupo. (Control del comportamiento y del pensamiento)
Todo esto me suena familiar...
Si lo anterior te suena familiar a nivel personal, ser capaz de etiquetarlo como secta es un paso en una dirección útil. La recuperación puede continuar a partir de aquí, y nosotros podemos ayudar. beEmboldened existe para aquellos impactados por traumas religiosos proporcionando apoyo para la prevención de la victimización y la revictimización, creando un espacio seguro para hacer preguntas y sanar. Para ello, ofrecemos cursos virtuales disponibles en español, pronto te daremos más información.
Si no estás preparado para ponerte en contacto con nosotros directamente, también ponemos a tu disposición los siguientes recursos para concienciar y apoyar la prevención y la sanación:
Reclamation Podcast. (Disponible en YouTube)
Tu historia no ha terminado: la esperanza y la sanación son posibles, y nosotros podemos ayudarte.
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